Archivos para octubre, 2010

Nada es lo mismo

Publicado: 11 octubre, 2010 en poesía

La lágrima fue dicha…


Olvidemos
el llanto

y empecemos de nuevo,

con paciencia,

observando a las cosas

hasta hallar la menuda diferencia

que las separa de su entidad de ayer

y que define el transcurso del tiempo y su eficacia.

¿A qué llorar por el caído fruto,

por el fracaso de ese deseo hondo,

compacto como un grano de simiente?

No es bueno repetir lo que está dicho.

Después de haber hablado,

de haber vertido lágrimas,

silencio y sonreíd:

Nada es lo mismo.

Habrá palabras nuevas para la nueva historia

y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.

Ángel González

en el confín de los siempres

Publicado: 7 octubre, 2010 en poesía

 

Hazme tuyo antes que sea de todos,…
de nadie,…
dame un beso que se clave en el confín de los siempres,…
donde todo es imposible,…
y la belleza es mentira,…
porque existe tan solo en tu presencia,…
guárdame en el alma de tus suspiros,…
en los jadeos extasiados que habitan en los secretos mas íntimos,…
hazme tuyo antes que sea de todos,..
de nadie,…
llévame al mundo de nuestros sueños,…
donde mueren las caricias naciendo caricias nuevas,…
y no existe el tiempo llamado después,…
sólo existe el tiempo llamado ahora,…
que se eterniza en deseos inagotables,…
que nos deja poseernos para nunca recordarnos,…
tan sólo para vivirnos,…
hazme tuyo antes que sea de todos,..
de nadie,…
quiero morir de placer en el placer de nosotros,…
deleitarme en cada pliegue de tu cuerpo,…
desterrarme voluntario a la piel de tus adentros,…
quiero ser el sentimiento que sientas cada momento,…
hazme tuyo antes que sea de todos,…
de nadie,…
dame un beso que se clave en el confín de los siempres,…
porque el amor es verdad,…
pero tan sólo,…
al amarte,…

PD: Dios no me quiere y el Diablo me tiene miedo.

José Ramón Marcos Sánchez

oración

Publicado: 4 octubre, 2010 en Sin categoría
Habítame, penétrame.
Sea tu sangre una con mi sangre.
Tu boca entre a mi boca.
Tu corazón agrande el mío hasta estallar.
Desgárrame.
Caigas entera en mis entrañas.
Anden tus manos en mis manos.
Tus pies caminen en mis pies, tus pies.
Árdeme, árdeme.
Cólmeme tu dulzura.
Báñame tu saliva el paladar.
Estés en mí como está la madera en el palito.
Que ya no puedo así, con esta sed
quemándome.
Con esta sed quemándome.
La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.
Juan Gelman